viernes, 9 de septiembre de 2022

¿Qué es el Bullying?

 

A lo largo de la historia de la humanidad el hombre de cierto modo es como el animal, aplicando la ley del más fuerte o al menos eso pretende hacer, ya que siempre busca los defectos, debilidades o cualquier otro rasgo que pueda posicionarlo por encima de otros o ser mejor que el prójimo. A pesar de esto siempre ha buscado convivir con otras personas o vivir en familia, en comunidad o en otras palabras en una sociedad.

Ahora bien hoy en día la sociedad humana es testigo de una problemática que afecta principalmente a los niños y niñas en edad escolar ya que ellos son más vulnerables a estos ataques que pueden sufrir por parte de otros niños de su misma edad.  

Hacemos referencia a lo hoy en día se le llama Bullying o acoso escolar, que no es más que una conducta repetitiva e intencional, por cualquier medio, por la que un alumno pretende intimidar, someter, amedrentar y/o atemorizar, emocional o físicamente, a la víctima; en este caso otro alumno, ya sea dentro de una institución educativa o fuera de ella.

Así mismo, podemos decir que sus características más resaltantes es que puede estar presente en cualquier lugar, no es exclusiva de algún sector de la sociedad o respecto al sexo; pero son los niños con mayor frecuencia las víctimas.

Ahora bien nombraremos sus características más resaltantes que identifican esta conducta:

a)    Que se trata de una acción agresiva e intencionalmente dañina.

b)    se produce en forma repetitiva en  contra de una víctima determinada.

c)    se da una relación en la que hay un desequilibrio de poder.

d)    Que se da sin provocación de la víctima; y que puede provocar un daño emocional.

e)    A su vez puede involucrar violencia física.

f)     puede ser dentro o fuera de la escuela.

 


En este mismo orden de ideas, el bullying se manifiesta en diferentes acciones que atacan al niño o la niña para generar diferentes reacciones. A continuación podemos mencionar el bloqueo social; son las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima, a su vez, aislarlo socialmente. Como por ejemplos: Prohibición de jugar en un grupo, de hablar o comunicarse con otros, que nadie se relacione con él o ella.

Del mismo modo, el hostigamiento, el desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala.

De igual modo, la manipulación social son conductas que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada de acciones para etiquetar o poner apodos a la víctima.

Así mismo, la coacción son conductas de acoso que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante éstas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.

En este mismo orden de ideas, la intimidación persigue en el niño o niña amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente, mediante una acción intimidatoria, casi siempre a la salida del centro escolar.

De igual manera, mediante las amenazas contra la integridad física del niño y su familia, incluye golpes, agresiones con consecuencias o mediante la extorsión pidiendo al niño desde objetos ó pertenencias, hasta dinero.

En este mismo contexto, hoy en día en la que estamos inmersos en el mundo de la tecnología de las redes sociales, existe una nueva manera de atacar al niño o niña con esta nueva conducta denomina Cyberbullying. Utilizando estas redes como medios donde los jóvenes comparten información personal que se propaga con facilidad, resultan ideales para enviar o publicar textos o imágenes con el propósito de perjudicar o avergonzar a otra persona, estar detrás de una pantalla contribuye a que los niños digan cosas en línea que no dirían personalmente, trastornando de manera tan importante al afectado que incluso puede llevarlo al suicidio. Y por último, el acoso físico consiste en lastimar a una persona en su integridad física o dañe sus pertenencias.

Ahora bien, existen conductas que permiten distinguir el acoso escolar de las cuales podemos mencionar a continuación:

·         Amenazas verbales (insultos, burlas, rumores, apodos y menosprecios en público para poner en evidencia a un alumno).

·         Comportamiento encaminado a atacar la autoestima del alumno y aumentar su malestar causando ansiedad, miedo e inseguridad escolar.

·         Aislar del grupo al alumno, creando sentimientos de marginación y soledad.

·         Intimidación cibernética hacia un alumno, o “ciberbullying”, a través de medios electrónicos como páginas de internet y teléfono celular.

·         Maltrato físico perpetrado en contra de un alumno.

·         Destrucción de los objetos personales de un alumno.

·         Abuso sexual en contra de un alumno.

·         Persecución física y/o psicológica en contra de un alumno, al que se elige como víctima  de repetidos ataques.

Cabe mencionar, que la conducta del alumno agresor se manifiestan con la ausencia de empatía e incapacidad para percibir el dolor ajeno, actitud dominante, impulsividad, egocentrismo, bajo rendimiento escolar, consumo de alcohol y drogas, prácticas de crianza inadecuadas, autoritarias o negligentes, maltrato intrafamiliar, poco tiempo compartido en familia, baja autoestima y pocas habilidades de relación.

En este mismo orden de ideas, las conductas del alumno agredido son: baja autoestima, pocas habilidades de relación, discapacidad o minusvalía, falta de comunicación, escasa participación en grupo, relación deficiente con compañeros, comportamientos diferentes a los alumnos dominantes en el grupo, incapacidad para reaccionar ante las primeras situaciones de violencia y bajo rendimiento académico.

En otro orden de ideas, se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en tres niveles:

·         Prevención primaria: Sería responsabilidad de los padres de familia, educar con reglas, normas y  límites claros, lo cual influiría de manera determinante en la autorregulación y respeto hacia los demás y su entorno.

·         Prevención secundaria: Tiende a promover un cambio en la sociedad, concientiza sobre la necesidad de denunciar los casos de acoso escolar, fomentando la empatía hacia los demás. La labor de los docentes en cuanto a la  formación de habilidades para la vida es básica, ya que influye de manera determinante en la  prevención y resolución de conflictos escolares. Una disciplina basada en la autorregulación, responsabilidad y empatía es fundamental para la construcción de espacios de convivencia y logros educativos. No podemos dejar de lado que el  acompañamiento de los alumnos dentro y fuera de las aulas,  patios, baños y áreas de juego son fundamentales para el logro de la prevención y el fomento del respeto hacia los demás. Es importante que el maestro se convierta en un factor preventivo, que sepa  actuar rápido, directa y contundentemente para prevenir situaciones de riesgo que dañen la integridad física y moral de la comunidad educativa. Los maestros deben aprovechar el espacio escolar y promover la participación de los alumnos para identificar casos de acoso, lo que permitiría fomentar  la creación de una alerta temprana que contribuiría a apoyar y canalizar  aquellos casos detectados.

·         Prevención terciaria: Una vez detectadas las situaciones de acoso, es básico canalizar tanto a la víctima como al victimario, hacia una ayuda profesional, para su tratamiento. Un componente básico que no debemos dejar de lado, son las campañas en medios de comunicación, para informar a los padres de familia sobre ésta problemática, la forma en que puede prevenirse, detectarse y canalizarse para su atención. Sólo con el apoyo de la  sociedad en general podemos erradicar, prevenir y atacar el acoso entre pares, ya que de esa manera estaremos contribuyendo a la formación de ciudadanos respetuosos de sí mismos y de los más.

En cuanto a los niños y niñas que evidencian conductas de acosador los padres pueden tomar acciones ante un hijo presenta esta conducta que pueden ayudarlos a atacar este problema para que el niño no se arraigue y se convierta en un niño acosador. De hecho, es tu compromiso apoyar en la atención al acoso, los padres, al inicio de cada ciclo escolar, reafirman su compromiso  con las autoridades escolares para fortalecer el valor de la igualdad y solidaridad entre las hijas e hijos, la prevención de la violencia escolar desde el hogar y el respeto a sus maestros. De igual modo, acercarte a tu hijo, platica con él, conoce a los amigos de tu hijo y observa que actividades realizan los amigos de tu hijo.

Así mismo, una vez que hayas creado un clima de comunicación y confianza con tu hijo pregúntale el porqué de su conducta, si comprobaste que tu hijo es un acosador, no ignores la situación porque seguramente se agravará, calmadamente busca la forma de ayudarlo, jamás uses la violencia para sancionar lo sucedido, demuéstrale amor a tu hijo, pero también debes hacerle saber que no permitirás esas conductas agresivas e intimidatorias, deja muy claro las medidas que tomarás a causa de su comportamiento.

Ahora bien, cuando se detecta un caso de Bullying, los padres del niño y la escuela deben trabajar conjuntamente para resolver el problema de una forma inmediata, canaliza su conducta agresiva en actividades que le gusten, como una afición, ó algún deporte, algo cultural, artístico, entre otras.

De igual modo, crea un ambiente en tu hogar donde el chico se sienta con la confianza de manifestar sus insatisfacciones y frustraciones sin agredir, practica y sé ejemplo para él de buenos modales. Y por último, enseñarle a tu hijo a reconocer sus errores y a presentar disculpas a quienes haya hecho daño, elogia esa buena acción siempre.

 

Si tu hijo es la víctima ¿qué debes hacer?

·         Dígale a su hijo que merece ser tratado con respeto, anímelo a buscar ayuda con las autoridades escolares.

·         Investiga minuciosamente lo que está ocurriendo, platica con sus compañeros más cercanos, maestros, amigos y familiares.

·         Habla con tu hijo y hazle sentir que puede confiar en ti, así él se sentirá cómodo al hablar contigo acerca de todo lo bueno y lo malo que esté viviendo.

·         Hablen del tema. Escucha a  tu hijo, deja que se desahogue, no lo censures en sus comentarios ni interpretes su versión para hacer "pequeña" la situación.

·         Si efectivamente comprobaste que lo están acosando, mantén la calma y no demuestres preocupación, el niño tiene que ver en tu rostro la seguridad de que cuenta contigo.

·         No trates de resolver el problema diciéndole a tu hijo que se defienda y tome venganza, esto empeoraría más la situación, es mejor que discutan como evadir contacto y situaciones con el acosador.

·         Debes ponerte en contacto con el maestro de tu hijo y con la dirección de la escuela, para ponerlos al tanto de lo que está ocurriendo, pídeles su cooperación en la resolución de los hechos.

·         En caso de que el caso continúe, tendrás que consultar a un abogado.

·         Si tu hijo se encuentra muy dañado emocionalmente por todo esta situación, busca la asesoría de un Psicólogo de la escuela, para que lo atienda, pero jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos casos, es la de su familia.

Los Maestros deben tomar en cuenta estas medidas y estar atentos a los signos que evidencian el bullying:

·         Prevenir que el acoso escolar se presente en el platel educativo donde trabaja.

·         Propiciar confianza para que el acoso escolar sea denunciado.

·         Observar constantemente el comportamiento de los alumnos dentro y fuera del salón para identificar casos de Bullying.

·         Identificar a la víctima y al agresor.

·         Si has detectado a la víctima verifica preguntando a sus padres si el niño presenta dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, el pecho, la cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, etc. Si es necesario investigue y observe más al niño.

·         Siga al niño a una distancia prudente a los lugares donde comúnmente está sin vigilancia, seguramente se encontrará con la persona que lo está acosando.

·         Revise si en las paredes de los baños o las puertas de éstos, los niños están escribiendo burlas y agresiones hacia alguien.

·         Platique con los compañeros más cercanos de los niños, pueden darle información valiosa.

·         Tenga consciencia de que tanto el agresor como la víctima sufren, y por lo tanto necesitan ser atendidos y tratados, por un profesional, Psicólogo o terapeuta familiar.

¿Qué hacer en el caso de tu fueras el acosado?

·         No demuestres miedo, no llores ni te enojes; habla o escribe tus reacciones y lo que sentiste en ese momento.

·         Si comienza a molestarte no te quedes ahí, sigue caminando y no lo mires, ni lo escuches.

·         Si te insulta o ridiculiza, responde al agresor con tranquilidad y firmeza, por ejemplo: “No, eso es sólo lo que tú piensas”.

·         Aléjate o corre si crees que puede haber peligro. Vete a un sitio donde haya algún adulto e infórmale de lo que te pasa.

·         Platica con tus compañeros o amigos lo que te está pasando.

·         Habla lo que te sucede con tus padres, hermanos mayores ó con un adulto a quién le tengas confianza.

·         Si no quieres hablar a solas del tema con el maestro, pídele a un amigo o a un hermano que te acompañe.

·         Déjale claro a la persona con quién hables del tema (padres, maestros, amigos) que la situación te afecta profundamente.

·         Recuerda que tú no tienes la culpa de lo que está pasando.

·         Debes saber que NO estás solo (a), tienes amigos y adultos que te quieren y te cuidan, acércate a ellos seguramente te ayudarán.

·         Piensa que el niño que te agrede tiene problemas, tal vez en su casa, por eso actúa de esa manera.

·         Trata a los demás como quieres que te traten a tí y ayuda al que lo necesite.

 

 

 

 

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