Era un caraqueño del barrio El Guarataro, parroquia San Juan, donde nació el 17 de mayo de 1920. Fue un intelectual, ensayista, poeta, adema de humorista, dotado de una sensibilidad especial, de valores una sabiduría excepcional que hicieron de él uno de los personajes más originales y polifacéticos de la cultura venezolana. Ahí cerca de la plaza Capuchinos, estaba instalada la jefatura civil, con un pequeño retén para los que quedaban presos. Hoy en ese mismo sitio funciona el Centro para la participación Popular Aquiles Nazoa, destinado a actividades recreativas, culturales y deportivas. Es un sitio adecuado para el verso del poeta: “creo en los poderes creadores del pueblo”.
Aquiles, si no es el poeta más leído, seguramente será el más admirado por sucesivas generaciones. Su éxito tal vez se deba a un periodismo, a un teatro, a un humor, a una poesía íntimamente hechos desde un punto de vista popular. Así mismo, dejo maravillosas obras, escritos y ensayos como parte de su legado, el cual quedara consagrado para siempre como patrimonio espiritual de Venezuela.
En su cuento más conocido por los niños y niñas,
“La historia de un caballo que era bien bonito”. Tal vez sea esa mirada
caballar lo que le posibilitó ver la importancia de las cosas más sencillas, y
de un Guarataro que solo él pudo admirar.
Fue también un maestro y animó un programa
de televisión llamado “Las cosas más sencillas”. Sin embargo, tenía una manera
humorística de ver la tele.
El 25 de abril de 1976, el poeta que creía
en los poderes creadores el pueblo, murió en un accidente en la autopista
Caracas – Valencia. No obstante, Aquiles sigue vivo en el corazón del pueblo.
Es uno de los inmortales de Venezuela.
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